2. Iniciativa propia para buscar todo lo que quieres para tu boda. Compras agendas planificadoras (por cierto, tengo una esperándote... pincha aquí para saber más) te apuntas a foros de novias, te abres cuentas en las redes sociales, y dedicas horas en buscar ideas e inspiración en Pinterest o Instagram.

3. Entusiasmo en la planificación de los primeros meses. Todo es maravilloso, fluye como la seda, arrancas con una fuerza increíble, y tratas de involucrar a tu pareja, en el más mínimo detalle.

4. Confusión con las múltiples alternativas y opciones que encuentras.. Hay amiga, aquí viene el primer bajoncillo, ¿Cómo puedes encontrarte tanta diferencia de precios en servicios similares...? ¿Qué garantías deberías exigir al contratar un profesional...? .. empiezan a acecharte mil preguntas.

5. Decepción al empezar a realizar números y presupuestos para celebrar tu boda soñada.. acabas de darte cuenta, que no vas a poder hacer lo que realmente te apetece (nadie tiene un presupuesto ilimitado).

6. Agobio, solo al soñar que no vas a quedar a la altura de lo que tus invitados esperan de ti.

7. Hartazgo, de que todos los más cercanos, te digan qué, cómo y cuándo preparar tu boda.

8. Cansancio, al tener que ir uno a uno con todos tus proveedores negociando cada pasito que das, al intentar conseguir lo mejor, al menor precio.

9. Dudas, en las firmas de los contratos que tienes que firmar, con todos los servicios seleccionados (contando que para una boda normal, jugamos con un mínimo de 10 proveedores del sector: lugar banquete/ceremonia, música, maestra de ceremonias, decoración, menú, invitaciones, transporte, regalos, vestidos novios, joyería...).

10. Desilusión, después de haber hecho un trabajo titánico de preparación, llegas al mes previo, en donde ya te da todo lo mismo.

11. Estrés, al ver que tu pareja no se involucra como tu desearías.

Demasiada implicación emocional, por hacer un bodorrio exquisito, lleno de sorpresas y regalos, sin tener presupuesto, o asesoría de una buena profesional, que te lleve de la mano.

12. Practicidad, viendo lo que estáis invirtiendo y sabiendo que la mayoría de las inversiones en detalles o decoración, se os van a quedar en casa.

13. Entusiasmo de nuevo, cuando te llaman a realizar tu primera prueba del vestido... se te olvida de momento todo lo pasado, y te sientes como una auténtica princesa.

15. Deseosa de hacerte tu primera prueba de peluquería y maquillaje, porque quieres enfocarte completamente divina para el día de tu boda. Confirmas y reconfirmas la cita, para que no se te olvide.

16. Predispuesta a confirmar esos invitados que no te dan respuesta, para cerrar ya los menús completos. Aunque los tengas que llamar ocho veces.

17. Emocionada de ver como van llegando los primeros encargos a casa, de los detalles de los invitados, o las decoraciones añadidas...

18. Sobrepasada por el estrés y la tensión, porque de repente, el reloj corre como loco, y sin darte cuenta te quedan 15 días para casarse y mil detalles a cerrar.

19. Expectante de llegar al ensayo general de tu boda, ya que sabes, que pase lo que pase, no se puede hacer mas, así que lo asumes y te dispones a pasar un momento genial, para relajar todas las tensiones acumuladas.

20. Feliz y agotada. Ha llegado el día.... no quieres que nadie te hable de la organización, que se apañen... es tu momento y solo deseas disfrutarlo.

Aun podríamos añadir alguno más, si bien estoy convencida de que sabes de lo que estoy hablando ya que estás en pleno proceso.

¿Hay alguna alternativa para evitar tanta emoción junta y descontrolada..? Por supuesto, veamos las opciones:

Te invito a que tomes una café virtual conmigo, y me cuentes que te planteas para tu boda, seguro que encontramos la forma de poder hacer realidad el sueño de tu vida. 

oficiamiboda@gmail.com 👈👈reserva tu cita desde tu correo, o remíteme un whatsapp.

Un abrazo desde el corazón.