Te lo comento de otra manera: ¿cuántos meses, semanas o días consecutivos han pasado desde que te comprometiste, sin que aparezca un problema inesperado, una situación imprevista, alguna decepción o nueva preocupación?

Al menos, en mi experiencia personal con vosotros, no han pasado muchos días seguidos sin que alguna “situación” se presentara de forma inesperada para hacer tambalear tu estabilidad (en la elección del vestido de novia, en ese invitado que rechaza compartir ese momento con vosotros, en la elección de los momentos musicales, en el bloqueo de la creación de los votos …)

El verdadero problema, no es que surjan estos inconvenientes, sino pensar que A TI, no te va a suceder.

 Los obstáculos en la organización, los desafíos que parecen imposibles de pasar, la confusión ante diferentes opciones, la presión de la familia…. Siguen apareciendo en el camino siempre, con sus sorpresas, al igual que las oportunidades que se nos presentarán. Nunca sabemos qué será lo siguiente.

La cuestión es seguir avanzando,  volver a levantarse, sacudirse el polvo y mirar hacia adelante.

Esos son los momentos en los que las preguntas que nos hacemos son “habrá valido la pena embarcarse en esta boda?, incluso son los momentos de reflexión sobre nuestra relación, que provocan fuertes discusiones con la pareja, que no tendrían que aparecer, por factores ajenos…. 

Y es ahí, cuando debemos SUPERAR esas situaciones en LECCIONES DE APRENDIZAJE Y SUPERACIÓN.

Muchas veces hacemos que "las expectativas sean la madre de la decepción" y eso implica que nos pongamos los listones muy altos (incluso a veces insalvables por la forma de plantearlos).

En vez de depositar todas nuestras esperanzas en la ausencia de conflictos y de una boda inolvidable, debemos reforzar nuestra relación y ser más agradecidos, para lograr hacer del presente un lugar mejor.

Aumentaremos nuestra capacidad de apreciar y valorar lo que tenemos a nuestro alrededor, y esa mejora de nuestro presente es la que también nos ayuda a construir un futuro mejor, pero VIVIENDO EL AQUÍ Y EL AHORA.

Los problemas van y vienen, como la noche y el día, el verano y el invierno; nada es estable, todo cambia, todo fluye y debemos fluir con la vida.

El mundo no tiene ansiedad, no tiene prisa, somos nosotros, nuestras prisas, nuestra interpretación de la realidad  y nuestras URGENCIAS las que NOS generan malestar.

Respira, observa y da gracias por tres cosas cada día, por la vida, por un nuevo amanecer, por la oportunidad de lo que está por venir, por las cosas más sencillas, por la familia, por tener tu alma gemela a tu lado, por tu boda, y por ti misma.

Seguro que asi, podrás FLUIR MAS FACILMENTE, ante cualquier circunstancia que se te presente, reconocerla desde la serenidad, y saber como solventarla.

El camino de la preparación de tu boda, tiene que ser de "baldosas amarillas", que te permita recorrerlo feliz, disfrutando cada paso y para poder llegar a alcanzar tu felicidad y que siempre te quede un recuerdo maravilloso de todo lo vivido.

Recomendación personal: tómate un fin de semana con tu pareja cuando estéis sobrepasados... recargareis las pilas, elevareis vuestra energía y afrontareis mucho mejor, las últimas semanas previas a la boda.

Si necesitas un poquito de ayuda, porque lo demás ya lo tienes controlado,  me pongo a tu disposición en el email oficiamiboda@gmail.com o por What'sApp, para poderte dar el último empujoncito de gloria.

Te envío un gran abrazo de luz, lleno de buena vibra y energía positiva.